El próximo 7 de mayo se celebra el día de la madre. Un día especial para mimar a quién nos trajo al mundo y demostrarle lo mucho que nos importa. Esta festividad tiene un origen que data de miles de años atrás y ha ido evolucionando con el tiempo para convertirse en lo que es hoy en día.
Los primeros indicios de celebración de la figura materna los podemos encontrar en Egipto, donde se rendía culto a Isis, la gran diosa madre. Se le ofrendaba con objetos valiosos y se le adoraba por ser la creadora de vida.
En la Antigua Grecia también homenajeaban a Rhea, la madre de los dioses más poderosos Zeus, Poseidón y Hades.
El cristianismo quiso adoptar la festividad griega, pero ofrendando a la madre de Jesús, la Virgen María. En el siglo XVII el cuarto domingo de pascua se comenzó a honrar a la iglesia madre, es decir la iglesia donde habías sido bautizado, con flores y regalos. Esta tradición derivó en algo parecido al día de la madre actual.
Fue en 1870 cuando Julia Ward Howe organizó una manifestación pacifica en la que invitó a madres de familia que habían sido víctimas de la guerra de secesión americana. El éxito de esta rebelión llevó a una ama de casa llamada Anna Reeves a intentar convertir esta fecha en algo oficial.
Finalmente, tras una gran campaña de la activista, en 1910 ya se celebraba el segundo domingo de mayo el Día de la Madre en casi todo Estados Unidos. En 1914 se convirtió en una fecha oficial.
En España no fue hasta 1965 cuando se adquirió esta fecha. Hasta entonces se celebraba a las madres el 8 de diciembre, el mismo día que la festividad de la Inmaculada Concepción.
